Sinembargo, según Américo Ferrari, el enfatizar la madre «no blanca» es un acierto de Guzmán solamente en cuanto a la etapa peruana de Vallejo (2), y no así respecto a España, aparta de mí este cáliz: «no es en esta etapa (la de los poemas póstumos que el crítico [Guzmán] ha soslayado) la preocupación de lo mestizo o de lo indio lo que
Cuandoyo ya no esté a tu lado. y hacia otro a otro paraje me haya marchado, buscarme amor mío en las letras de tus poesías, esas que para mi amorosamente tu escribías, escúchame también en el cantar de un ruiseñor; en sus notas entristecidas y tan llenas de dolor. Vislúmbrame en cada fuerte y torrencial vendaval, No sé si es muy apropiado decirlo ahora mismo, pero corría como un virus sin vacuna”. Aún queda rastro en Google de sus esfuerzos por enmendar el error, incluyendo, ya en 2011, un comentario en el blog de Iñaki Anasagasti, diputado del PNV. Cuervo Barrero ya solo interviene cuando ve su texto publicado en un libro. Noes mi intención cantar en este prólogo a los Sonetos de W. Shakespeare sus excelencias y glorias, ni como poeta, ni como dramaturgo, ni el largo olvido a que fue sometido tras su muerte; pero sí remitir al lector a los trabajos de Víctor Hugo, el siglo XIX, sobre la obra de W. S. y el ostracismo en que se encontraban sus creaciones literarias,